Orcs Must Die 3
- Editor: Robot Entertainment
- Plataformas: Project Scarlett, PlayStation 4, Microsoft Windows, Google Stadia, PlayStation 5, Xbox One
- Precio: De pago
- Idioma: Varios (Español disponible)
- Jugadores: 1-4
- Lanzamiento: 14 de julio de 2020
Datos técnicos
Requisito para PC
- CPU: Intel Core i5-2300 | AMD Ryzen 3 1200
- RAM: 6 GB RAM
- GPU: Nvidia GeForce GTX 660, 2 GB | AMD Radeon HD 7870, 2 GB
- OS: Windows 7, 64-bit
- STO: 12 GB available space
Análisis – Orcs Must Die.
Orcs Must Die Ocasionalmente, una vez que una totalmente nueva oleada de orcos llega para estrellarse contra tus fortificaciones, captas un gemido de un piel verde abatido en la brisa: «Parece que jamás vamos a llegar». Parece un rato de comprensión de su papel sentenciado en la custodia de la torre, empero invariablemente es un pensamiento que no llegan a terminar: son estrellados contra las piedras, alquitranados y quemados, o electrificados en consecuencia su esqueleto destella por medio de su piel.
Recientemente liberado de los grilletes de Stadia, ¡Orcs Must Die! 3 no suele ser un juego de fantasía reflexivo. Se esfuerza poco por contextualizar a sus denostados personajes del título, por pensar sobre su procedencia o por qué realizan lo cual realizan. No obstante, es un juego para personas pensantes, un simulador de asedio estratégico que condecora la disposición cuidadosa, las resoluciones inspiradas y la voluntad de desechar las suposiciones del pasado y abordar un problema a partir de un nuevo ángulo. Es un juego que te hace sentir inteligente, inclusive una vez que mueves el ratón desesperadamente para golpear a un diablillo en el ojo con un relámpago de magia.
Forma de juego
Imagina que eres un diseñador de interiores, sin embargo en un cosmos en el cual uno de los inicios del feng shui es el homicidio. Con un presupuesto pre asignado, empiezas cada grado comprando, rotando y colocando las trampas que quieras en una pequeña mazmorra (o, menos constantemente, en un enorme campo), con el fin de provocar el más grande mal viable a los orcos que pasen por ahí.
Entonces, la vivienda está abierta: las puertas se rompen hacia adentro y los enemigos corren por el pasillo y las escaleras, demostrando una capacidad de forma notable baja para la percepción del riesgo a medida que lo elaboran.
Las trampas que activan proceden del colegio de Tom y Jerry de la comedia de humor, lanzando a los orcos por los aires o picándoles con colmenas; los que esperen la siguiente junta de Jackass se encontrarán bien servidos. Luego, con todos los orcos muertos o fugados por medio del portal que se implica que estás salvaguardando, vuelves a comenzar a edificar tus diseños hasta la oleada final.
En un juego de custodia de torres clásico, la llegada de la etapa de acción podría ser el instante de sentarse, mirar la escena y apretar los dientes, esperando que las paredes toleren y lanzando una o 2 torretas extras una vez que los fondos lo permitan. ¡En Orcs Must Die! 3, es el instante de remangarse la bata y lanzarse a la acción.
Te divertirás disparando a la horda, intentando encontrar disparos a la cabeza entre tus oponentes de diversos tamaños como si jugaras al juego vertical del topo. Las superiores posibilidades de fuego secundario integran bombas de congelación y un extenso retroceso que desencadena una nostálgica ronda de ragdolling. Generalmente, no obstante, el enfrentamiento se explica mejor como un juego de aplastamiento y guisantes, debido a que da primordialmente un enfrentamiento cuerpo humano a cuerpo humano con botones y proyectiles con guisantes. Hay menos dificultad u oportunidades de destreza que las que encontrarías en un juego de acción dedicado, sin paradas tipo Souls o recargas activas que dominar.
Aquello es lo mejor, y posiblemente por diseño. Aunque es viable edificar un estilo de juego alrededor de la pugilística potenciada, el enfrentamiento está realmente allí para que puedas tapar dinámicamente los huecos abandonados por tus trampas. Los veteranos de la serie sabrán que existe una alegría de pánico al disparar personalmente a un corredor kobold que de alguna forma se deslizó en medio de las cuchillas de tus máquinas neumáticas.
Imagina que eres un diseñador de interiores, empero en un mundo en el cual uno de los inicios del feng shui es el homicidio.
Si los combates estuvieran más implicados, tirarían bastante de la atención, rompiendo la estabilidad de este híbrido de género tradicional. Robot Entertainment lleva un largo tiempo realizando Orcs Must Die! -cumplirá 10 años en octubre- y sabe que no se debe jugar con los fundamentos. ¡Entre otras cosas pues la última vez que el análisis lo intentó, con Orcs Must Die! Unchained, la mezcla le explotó en la cara.
Orcs Must Die! 3
¡Sí, Orcs Must Die! 3 es una secuela cautelosa -incluso sus escenarios de guerra a enorme escala se sienten parientes, aunque magnificados-. Sin embargo se está volviendo más empírico con la era, debido a que Robot sigue un plan de custodia de torres para el desarrollo. El juego se arrojó en Stadia el año pasado y, tras sobrevivir a dicha primera oleada, el análisis ha empezado a edificar a partir de los cimientos con una segunda campaña y un nuevo modo de juego final, Scramble.
Este último es una variante de la fórmula Ironman que me rememora al Outbreak de COD. La finalidad es superar 5 niveles de complejidad creciente usando un exclusivo grupo de puntos de vista de fisura, la reserva que establece cuántos monstruos puedes permitirte atravesar el portal anterior a fallar. Entre cada etapa, se te carga con una totalmente nueva desventaja -quizás enjambres de arqueros orcos que van a por ti en vez de a por la grieta- empero puedes escoger un potenciador para contrarrestarla, como una potencia extra para tus bombas de ácido. El impacto de este montaje del metajuego es que te empuja hacia estrategias fuera de tu región de bienestar, lo cual provoca que el Scramble sea una forma gratificante de volver a ir a ciertos de los superiores mapas.
Resulta frustrante que la segunda campaña como el Scramble se encuentren bloqueados hasta que hayas hecho un desarrollo importante en la historia, un rastrillo en la cara de los admiradores más acérrimos que ya invirtieron aquellas horas en la versión de Stadia.
No obstante, se verán apaciguados por la nueva trampa de géiser de ácido, que derrite a los orcos hasta sus piezas más blandas, listas para ser golpeadas por una siguiente andanada de dardos o flechas. En última instancia, como continuamente en Orcs Must Die, es el intrincado orden de las trampas para lograr la máxima puntuación lo cual mantendrá la atención de los superiores jugadores a lo largo de centenares de horas.
Gráficos
Sencillamente extraordinarios, un gran diseño de sus personajes con colores llamativos que no pasaran desapercibidos. A la altura de sus creadores.
Conclusion de Orcs Must Die 3
A los recién llegados les vendrá mejor el nuevo lanzador de cuchillas de sierra, cuyos rebotes no únicamente son entretenidos sino que, una vez que se disparan en un arco cerrado, son capaces de destrozar a un troll en segundos. Con la vivencia, puedes profetizar y planear los rebotes de 45 grados en el muro, llenando pasillos completos con boomerangs de cuchillas. En otras palabras Orcs Must Die! en su máxima expresión: una comedia guionizada en papel cuadriculado.
Puede que no sepamos mucho sobre los orcos, y puede que ellos mismos no se conozcan. ¡Pero luego de años en el desierto, Robot Entertainment demostró que sigue sabiendo exactamente cómo hacer Orcs Must Die! Es un placer tener de vuelta a aquellos niños de color verde guisante.
Lo bueno 👍
- Juego divertido
- Juego satisfactorio
Lo malo 👎
- Una historia predecible
- El cooperativo se siente menos como una opción
- Los escenarios de guerra no están bien ejecutados y los hacen más o menos innecesarios.
¡Creo que los orcos deberían unirse a los humanos en lugar de combatirlos!
¡Creo que los orcos deberían unirse a los humanos en lugar de luchar!
¿Por qué los orcos tienen que ser los malos siempre? ¡Quiero jugar como orcos!